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Cambiar la manilla de una puerta

Si quieres cambiar tu vieja manilla por una nueva, puedes hacerlo tú mismo, por eso vamos a darte unas indicaciones para que puedas hacerlo en apenas unos minutos.

Para empezar coge un destornillador para quitar los tirafondos o tornillos que sujetan la manilla. Después retírala así como los embellecedores con cuidado de no arañar la puerta. Después retira el vástago, una especie de tornillo cuadrado y largo que se encarga de unir las dos manillas. Si la caja es adaptada a la manilla nueva, no será necesario quitarla.

Es difícil que los embellecedores sean del mismo tamaño en la manilla nueva y en la vieja. Si son más pequeños habrá que limpiar la puerta para quitar los restos y que la parte visible quede bien. Para tapar cualquier posible agujero, usa masilla reparadora con dos masas que habrá que mezclar bien y aplicar en la puerta. Cuando hayas tapado los agujeros, aplica pintura del mismo color y deja secar como mínimo dos horas. Cuando esté seca, introduce el vástago en la manilla nueva y comprobar que llega a ambos lados. Después pon la manilla y los tirafondos. Por último coloca los embellecedores para que no se vean los tornillos. Comrpueba que el resbalón se mete correctamente cuando muevas la manilla de la puerta antes de cerrarla.

Intenta que los embellecedores que compres sean del mismo tamaño de los que tenías antes así no tendrás que reparar los agujeros hechos por los antiguos. Para no estropear la estética de toda la casa, lo mejor es cambiar todas las manillas.

Si no te atreves a cambiar tú solo la manilla, puedes optar por llamar a un cerrajero que te lo hará rápidamente. El precio que te cobre va a depender de si es una urgencia o un servicio normal.

Existe una gran cantiada de manilla y embellecedores en el mercado, por lo que podrás apostar por aquellos que se adapten a tus gustos y a la decoración de tu casa, pero siempre tendrás que optar por aquellos que sean de calidad. Hoy en día se llevan mucho las manillas plateadas, aunque el dorado sigue siendo el más usado. Lo importante es que la manilla que hayas elegido tenga un diseño que se adapte al resto de la decoración y que sea agradable al tacto. Así por ejemplo, si tu vivienda se encuentra decorada con muebles modernos, tendrás que comprar una manilla de estilo más modernista. Aunque sea cual sea tu estilo, no será difícil encontrar un modelo que te guste y que se adapte a tus necesidades gracias a la gran variedad que existe.

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